Se trata de una tradición de los pueblos del sur de Valencia, que consiste en un dibujo de una anciana con tantos pies como domingos tiene la Cuaresma. Cada domingo se le corta uno de los pies, y así siempre sabes cuantas semanas quedan para el Domingo de Resurrección. A pesar de trabajar en Petrer, este año lo hice con mis niños del comedor para que conozcan tradiciones de otros lugares, ya que me pareció una buena idea para hacer una cuenta atrás hacia las vacaciones de Pascua. En realidad, hicimos uno para el comedor, y cada niño el suyo propio para su casa. Como manda la tradición, la pusimos en una ventana mirando hacia la calle y el día en el que le quitamos el último pie, la quemamos.
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