Se trata de un juego que aprendí en el curso que realice de Interpretación y Educación Ambiental con la UMH en el verano de 2012, y que posteriormente puse en práctica con los niños y niñas del comedor escolar en el que trabajé en el curso 2012/2013. Se trata de un juego de educación ambiental que puede resultar muy divertido.
Dos jugadores se designan como murciélago y polilla respectivamente; el primero deberá tener los ojos vendados.Los demás cerrarán en torno a ellos un círculo, dándose las manos, con los brazos semiestirados.
A la señal, el murciélago deberá atrapar a la polilla, sin que pueda salirse del círculo. Se
ayudará guiándose con el sonido: cada vez que el murciélago diga "¡MIC!", la polilla debe responder inmediatamente "¡MEC!"
Si el murciélago no es muy hábil, se puede estrechar el círculo para facilitar su labor. Una
vez que sea cazada la polilla, ésta pasa a ser murciélago y otro/a jugador/a será la polilla.
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